Los estudios de pacientes con afecciones neurológicas inusuales revelan redes cerebrales que contribuyen al sentido del libre albedrío. El daño causado a estas redes sería responsable de su ausencia.
Cuando el investigador Ryan Darby era un residente de
neurología, estaba familiarizado con algo llamado síndrome del Dr.
Strangelove, o síndrome de la mano ajena (SMA), pero eso no hacía que el
comportamiento de sus pacientes fuera menos desconcertante. Las personas con
esta afección se quejan de que una de sus extremidades, a menudo una mano,
parece actuar por su cuenta. Puede tocar y agarrar cosas o incluso desabotonar
una camisa que la otra mano está abotonando. Los pacientes no pueden controlar
la mano rebelde ni siquiera agarrándola o sentándose sobre ella. Parece que han
perdido el control de sí mismo, esa sensación inconfundible de ser dueño de las
propias acciones y que es un importante componente del libre albedrío. Según Darby, ahora profesor asistente de neurología
en la Universidad de Vanderbilt, era uno de esos síntomas que realmente
cuestionaban la mente y la forma en que produce algunos de esos conceptos tan
importantes.
El síndrome de la extremidad ajena puede surgir después de
que un accidente cerebrovascular cause una lesión en el cerebro. Pero aunque
los pacientes confiesen los mismos síntomas excéntricos, sus lesiones no
ocurren en el mismo lugar del cerebro. ¿Podría ser debido a que las lesiones se presentaran en diferentes partes
de una misma red neural, se cuestionaron los investigadores?. Para encontrar la
respuesta, los investigadores analizaron imágenes cerebrales procedentes de
individuos con este síndrome.
También investigaron el mutismo acinético, una condición que
deja a los pacientes sin deseos de moverse o de hablar, a pesar de no existir
ningún impedimento físico. Utilizando una nueva técnica, los investigadores
compararon las áreas donde se localizaban las lesiones con una plantilla de
redes cerebrales, es decir, grupos de regiones que a menudo se activan en
conjunto.
Las lesiones asociadas con el síndrome de extremidad
alienígena se solaparon en una red de áreas conectadas con el precuneus, una
región previamente vinculada a la autoconciencia y al control de sí mismo.
En pacientes con mutismo acinético, las lesiones formaban
parte de otra red neuronal centrada en la corteza cingulada anterior, que se
cree está involucrada en las acciones voluntarias. Estas dos redes también
incluyen regiones cerebrales, que, cuando fueron estimuladas por electrodos en
estudios previos, alteraron las percepciones del libre albedrío de los sujetos,
según la publicación de los investigadores en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences USA.
El
estudio sugiere que al menos algunos componentes del libre albedrío, como la
voluntad y el autocontrol de los movimientos, no están localizados en ninguna
área del cerebro, sino que dependen de una red de regiones. La percepción de
libre albedrío puede perderse con la interrupción de cualquier parte de esa
red.
Esta es una forma creativa de usar datos que han estado ahí
por décadas y reconceptualizarlos para aprender algo realmente nuevo y darle
sentido a cosas que antes no tenían sentido. Los estudios de muchas otras
afecciones cerebrales podrían beneficiarse de este enfoque.
Basado en:
Darby RR, Laganiere S, Pascual-Leone A, Prasad S, Fox MD. Finding the imposter:
brain connectivity of lesions causing delusional misidentifications. Brain
[print-electronic]. 2017 Feb; 140(2): 497-507. PMID: 28082298, PMCID:
PMC5278302, PII: aww288, DOI: 10.1093/brain/aww288, ISSN: 1460-2156.
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