Científicos chinos han insertado genes cerebrales humanos en monos para comprobar si aumenta su inteligencia.
Mono transgénico |
La inteligencia humana es uno de los inventos más
importantes de la evolución. Es el resultado de un sprint que comenzó hace
millones de años, dando como resultado cerebros cada vez más grandes y con nuevas
habilidades. Finalmente, los humanos se pusieron de pie, tomaron el arado y
crearon la civilización, mientras que nuestros primos los primates se quedaron
en los árboles.
Ahora, científicos en el sur de China informan que han
tratado de reducir la brecha evolutiva, creando varios monos macacos
transgénicos con copias adicionales de un gen humano del que se supone que
desempeña un papel en la configuración de la inteligencia humana.
"Este fue el primer intento de comprender la
evolución de la cognición humana utilizando un modelo de mono
transgénico", según Bing Su, un genetista del Instituto de Zoología de
Kunming que dirigió el estudio.
Según sus hallazgos, a los monos modificados les fue
mejor en una prueba de memoria con colores y cuadros en bloque, y sus cerebros
también tardaron más en desarrollarse, como lo hacen los niños humanos. No hubo
una diferencia en el tamaño del cerebro.
Los experimentos, descritos en la revista científica china publicada en Beijing, National Science
Review, siguen lejos de identificar los secretos de la mente humana o llevar a la
aparición de primates con inteligencia humana.
"El uso de monos transgénicos para estudiar genes
humanos relacionados con la evolución del cerebro es un camino muy
arriesgado", según James Sikela, un genetista que realiza estudios
comparativos entre primates en la Universidad de Colorado. Le preocupa que el
experimento muestre indiferencia hacia los animales y que pronto conduzca a
modificaciones más extremas. "Es un problema clásico de pendiente
resbaladiza y uno que puede repetirse a medida que se realiza este tipo de
investigación". China ha tomado la delantera en este tipo de experimentos
y es probable que continúen en el futuro.
La investigación con primates es cada vez más difícil en
Europa y los EE. UU., Pero China se ha apresurado a aplicar las últimas herramientas
de ADN de alta tecnología a los animales. Este país fue el primero en crear
monos alterados con la herramienta de edición de genes CRISPR, y en enero de
este año, un instituto chino anunció que había producido media docena de clones
de un mono con un trastorno mental grave.
Historia de la evolución
Bing Su se especializa en la búsqueda de signos de
"selección darwiniana", es decir, los genes que se han propagado
porque tienen éxito. Su búsqueda ha abarcado temas como la adaptación de los
yaks del Himalaya a la gran altitud y la evolución del color de la piel humana
en respuesta a los inviernos fríos.
El mayor enigma, sin embargo, es la inteligencia. Lo que
sabemos es que los cerebros de nuestros ancestros semejantes a los humanos
crecieron rápidamente en tamaño y poder. Para encontrar los genes que causaron
el cambio, los científicos han buscado diferencias entre los humanos y los
chimpancés, cuyos genes son similares en un 98% a los nuestros. El objetivo,
era localizar "las joyas de nuestro genoma", es decir, el ADN que nos
hace exclusivamente humanos.
Por ejemplo, un gen candidato popular llamado FOXP2, el
"gen del lenguaje" en artículos de prensa, se hizo famoso por su
posible vínculo con el habla humana. (Una familia británica cuyos miembros
heredaron una versión anormal tuvo problemas para hablar). Científicos de todo
el mundo, desde Tokio a Berlín están dedicados a investigar
si la mutación provocada de este gen en ratones, altera los chillidos de
estos mediante la escucha con micrófonos ultrasónicos.
El investigador Su estaba fascinado por un gen diferente:
MCPH1, o microcefalina. La secuencia del gen no solo difirió entre los humanos
y los simios, sino que los bebés con daño en este gen nacen con cabezas
diminutas, lo que proporciona un vínculo del gen defectuoso con el tamaño del
cerebro. En 2010, el investigador chino Su
vio la oportunidad de realizar un experimento potencialmente más definitivo:
agregar el gen de la microcefalina humana a un mono. Para entonces, China había
comenzado a combinar sus importantes instalaciones de cría de monos con las
nuevas herramientas genéticas, un esfuerzo que lo ha convertido en una meca
para los científicos extranjeros que necesitan monos para experimentar.
Para crear los animales, Su y sus colaboradores en el
Laboratorio clave de Yunnan de investigación biomédica de primates expusieron
embriones de monos a un virus que lleva la versión humana de la microcefalina.
Generaron 11 monos, cinco de los cuales sobrevivieron y participaron en una
batería de mediciones cerebrales. Esos monos tienen cada uno entre dos y nueve
copias del gen humano en su dotación genética.
Ante las dudas éticas que provocó este experimento, el
investigador Su comentó que está de acuerdo en que los monos están tan cerca de
los humanos que sus cerebros no deberían ser cambiados. Pero los monos y los
humanos compartieron por última vez un ancestro hace 25 millones de años. Y esta circunstancia alivia las inquietudes
éticas de los investigadores chinos. "Aunque su genoma está cerca del
nuestro, también hay decenas de millones de diferencias" y es altamente
improbable que los monos se conviertan en algo más que monos. "Imposible
introduciendo solo unos pocos genes humanos"
¿Mono inteligente?
A juzgar por sus experimentos, el equipo chino esperaba
que sus monos transgénicos pudieran terminar con una mayor inteligencia y
tamaño cerebral. Es por eso que pusieron a las criaturas dentro de las máquinas
de MRI para medir su materia blanca y les dieron pruebas de memoria
computarizadas. Según su informe, los monos transgénicos no tenían cerebros más
grandes, pero lo hicieron mejor en una prueba de memoria a corto plazo, un
hallazgo que el equipo considera notable.
Varios científicos piensan que el experimento chino no
proporcionó mucha información nueva. Uno de ellos es Martin Styner, científico
informático de la Universidad de Carolina del Norte y especialista en
resonancia magnética que figura entre los coautores de la publicación china. "Hay
un montón de aspectos de este estudio que no se podrían hacer en los Estados
Unidos", según Styner. "Se plantearon cuestiones sobre el tipo de
investigación y si los animales fueron atendidos adecuadamente".
Un problema es que los monos modificados genéticamente
son caros de generar y cuidar. Con solo cinco monos modificados, es difícil
llegar a conclusiones firmes sobre si realmente difieren de los monos normales
en términos de tamaño del cerebro o habilidades de memoria.
El investigador Su está de acuerdo en que la pequeña
cantidad de animales era una limitación. Aunque dice que tiene una solución. Él
está ampliado su muestra de monos transgénicos y también está probando nuevos
genes de evolución cerebral. Uno de los que tiene en mente es SRGAP2C, una
variante de ADN que surgió hace unos dos millones de años, justo cuando Australopitecus
cedía la sabana africana a los primeros humanos. Ese gen ha sido apodado el
"interruptor de la humanidad" y el "eslabón genético
perdido" por su posible papel en el surgimiento de la inteligencia humana.
Es todavía pronto para conocer los resultados de estos
nuevos experimentos. Veremos si van en la dirección correcta o el desarrollo de
la inteligencia humana sigue siendo una incognita inalcanzable por el momento.
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